se lo dedico siempre….. A LOS QUE ECHAN DE MENOS A SU MADRE,
hoy para : MARIE, ANA, BEATRIZ Y NURIA.
Ayer salí de Madrid con la sensación de haber compartido con todos, un día de serena tristeza.
Una vez más, saboreé con vosotras, el placer de estar en familia.
Nada os puedo decir que no sea lo que os toca aprender, pero si mis palabras os pueden servir de consuelo o mejor de ánimo, aquí os las dejo, no son más que aprendizajes del dolor, y aprender es lo que nos toca.
Ana, ayer me preguntabas que si a una madre se la olvida, y yo por romper con la intensa emoción del momento y de la pregunta, te decía que..., “yo todavía no había tenido tiempo”, y hoy te digo que, ¡Gracias a Dios, no es posible!
Tu pregunta posiblemente más concreta era si..., el desesperado dolor que sientes hoy desaparece, y también te digo que ¡Gracias a Dios, si es posible!
Nos han parido con el dolor de la alegría de vernos nacer, nos han querido como ya sabemos que se puede llegar a querer a los que son nuestros, nos han amado con el dolor de una madre, y se han ido porque ya lo tenían todo hecho. Lo que las tocaba aprender en este mundo que creemos el único, ya lo han aprendido, y se van con el deber cumplido y…. a seguir estando.
Lo otro que pensamos que se pierden, es sólo nuestro deseo de tenerlas cerca porque las necesitamos, pero ellas ya no tienen obligaciones terrenales y disfrutan de nuestra compañía sin el dolor del apego. Yo, después de tanto echarla de menos lo he aceptado, ha sido otro aprendizaje muy valioso.
Aprendo cada día a ser yo misma, a no deber nada a nadie, a no exigir nada a los que me rodean, a contar con ella para todo, sin la dependencia del apego y las obligaciones del amar terrenal, a agradecer todo lo grande que hay en mi gracias a ella, a honrar los dones que me legó.
Por amor a ella he aprendido a saborear de la vida cada instante y ya no la echo de menos, se lo dedico y lo comparto, no dejo de sentirla, ahora con alegría.
En este tiempo he aprendido también, a no echarme culpas encima, esas con las que nos torturamos, como…. ¿por qué no la dije?, ¿por qué no hice?, ¿por qué si la dije?, ¿por qué si hice…..?, todo lo que hemos hecho no es ni bueno ni malo, es la vida y es por amor y si no que se lo digan a Beatriz, que era capaz de reñirla porque se resistía a ver a su madre sin el glamour que la caracterizaba y expresaba su amor con la correspondiente riña para que se peinara y se pusiera tan guapa y elegante como siempre, a la que por el mismo amor vuestra madre respondía con su firme carácter. Así se decían cuánto se querían.
Marie sin embargo con su eterna paciencia y dulzura, Ana con su paso firme y decidido y Nuria con su dejarse querer de la hija pequeña, así, cada una de vosotras la decíais cuanto la amabais. No dejéis de hacerlo.
La recuerdo, ágil, rápida y tenaz. Mujer enamorada de su esposo y amado Joaquín, el que la cuido hasta su último aliento, su amigo, su compañero.
Está más cerca que nunca de cada una de vosotras, inevitablemente está siempre que la necesitéis.
A mi además, me tocó aprender a amar a mi Padre y agradecer a mi Madre que me hubiera dado esta oportunidad. No ha sido fácil, eso vosotras ya lo tenéis aprendido, ¡que no es poco!.....
Disfrutad de ser sus hijas, y de tenerla tan cerca. No se ha ido.